Tibet. Ruta Kathmandu - Lasha

Las visitas al Tibet están controladas y restringidas por el gobierno chino, especialmente despues de las revueltas que se produjeron durante los juegos olimpicos de 2008.

Si se quiere visitar por libre hay que pedir permisos especiales que en ocasiones pueden tardar semanas o quiza no llegar nunca así que optamos por la opción de unirnos a un grupo saliendo desde Katmandu organizado por las agencias de turismo del gobierno.

El plan era salir desde Katmandu por tierra y tras 5 dias parando en diversos pueblos a lo largo de la ruta llegaríamos hasta Lasha.

La partida estaba programada para el 1 de Mayo y con ello contabamos, pero cuando nos acercamos a recoger los visados, el día 30, nos sorprendieron diciendo que nos preparáramos para salir en unas pocas horas.

La razón era que con motivo del día del trabajo los maoístas habían convocado una gran manifestación con la intención de pedir al gobierno su renuncia bajo amenaza de huelga general. Era probable que el día 1 estuvieran las carreteras cortadas y hubiera follón así que mejor adelantar la partida.

Asi fue, y mientras salíamos de Katmandu veíamos grupos de gente con banderas comunistas entrando en la ciudad, a pie o en camiones. Era un poco una película cuando cuenta la entrada de los khemeres en Camboya, solo que por fortuna sin armas.

En cualquier caso nos alegramos de salir un día antes de Katmandu y de hacerlo sin problemas. Esa noche dormimos ya en la frontera en la frontera con Tibet.

A la manyana siguiente cruzamos la frontera de Tibet, ahora parte de China. Y todo lo que creíamos leyendas urbanas se hicieron realidad. Uno por uno iban revisando todas las mochilas en busca de objetos prohibidos como fotos del Dalai Lama, libros religiosos, banderas de Tibet. Pero ahora viene la parte mas surrealista y es que cualquier mapa que no tuviera a Taiwan como parte de China era también confiscado y eso incluía todas las guías de viaje con especial saña en Lonely Planet.

Mientras hacíamos cola vimos como extendían los mapas que llevaba la gente y los revisaban, como se quedaban con todas las guías de Tibet pues tienen banderas de Tibet y fotos de monjes.

Yo llevaba la guía de China desde que salimos de Madrid y los que la habéis visto sabéis que es un ladrillo de mas de un kilo de peso que no estaba dispuesto a perder después de cargar con ella 5 meses.

Así que pensé que mejor mutilada que perdida y arranqué las cubiertas y todos los mapas comprometidos antes de cruzar.

Lucia tenia una bandera del Tibet que compramos en Nepal y que acabo en el sujetador.

No se si fue suerte o que utilice el poco chino que hablo con el supervisor y le cai en gracia pero fui de los pocos a los que no abrieron la mochila grande en donde tenia la guia. Eso si de la pequeña me revisaron uno por uno todos los libros, postales y mapas que llevaba.

A la manyana siguiente amanecieron nevados todos las montañas de alrededor del pueblo donde dormimos. Por suerte la carretera que atraviesa toda la meseta del Tibet estaba muy bien. La habían arreglado como escaparate para los juegos olímpicos y aunque estrecha estaba el asfalto perfecto.

Durante los 3 días siguientes circularíamos entre 4.000 y 5.000 metros de altura, atravesando paisajes desolados pero sobrecogedores, parando en pequenyas aldeas tibetanas, viendo las ruinas de los monasterios que destruyeron los chinos durante la revolucion cultural, cruzando pasos de montaña de hasta 5,200 metros y puestos de control del ejercito chino levantados en medio de la nada donde chavales de 17 años con un uniforme dos tallas mas grandes te revisaban una y otra vez el pasaporte y el visado.

Tras salir del pueblo de Tingri pasamos cerca del campo base del Everest y si el día hubiera estado claro lo hubiéramos visto, pero no tuvimos suerte. En nuestra anterior visita, hace 4 anyos, si que lo pudimos ver.

Para evitar el mal de altura recomiendan beber 4 litros de agua al día y no hacer grandes esfuerzos. También hay pastillas, que nosotros no llevábamos . Por suerte yo no tuve nada, solo me faltigaba mucho y tenía que respirar como si acabara de correr una carrera y Lucia tuvo algo de dolor de cabeza pero con aspirina se pasaba.

En el pueblo de Xigatshe visitamos el monasterio de Tachilumpo, sede del Panchen Lama, segunda autoridad religiosa después del Dalai Lama.

El actual Panchen Lama es el hijo de un alto cargo del partido comunista y por lo tanto un postizo puesto por China. De esta manera se aseguran el control de los lideres religiosos y por otro lado e cara a la galeria no prohiben el culto. Las fotos del anterior Panchen Lama, el de verdad, estan sin embargo por todas partes.

En las capillas del monasterio arden en penumbra las velas sobre mantequilla de yak en lo que es la escenografía religiosa mas sobrecogedora que hemos visto jamás.

En las estupas de alrededor del monasterio los peregrinos dan vueltas una y otra vez rosario y rueda de oración en mano, cada vez los peregrinos son mas viejos porque a los niños se les enseña en el colegio que sus ideales deben ser Marx, Lenin y Mao en lugar de Buda o los grandes Lamas.

Estas vueltas o Koras pueden ser alredededor de cualquier lugar sagrado, bien sea un templo o una Montaña o lago a 5.000 metros de altura. La manera mas devota de hacerlo es haciendo postración, es decir cada 3 pasos tirarte al suelo u tumbarte completamente,levantarte dar 3 pasos y volver a tirarte al suelo. Para hacer esto se ponen tela de saco y cartones alrededor del cuerpo pues pueden llegar a hacer decenas de kilómetros de esta manera.

Otro problema que tienen los tibetanos a la hora de mantener sus tradiciones es que como a cualquier ciudadano chino se les aplica la política de hijo unico. Esto tiene sentido con los 1.000 millones de chinos pero no con los tibetanos que son solo 5 millones. Aunque parezca de película existe una organización que coge a los segundos o terceros hijos de familias tibetanas y a través de pasos de montaña no vigilados (es imposible vigilar todos los himalayas y esta gente lleva siglos atravesandolos en las rutas del te o la sal) los llevan a la India, a Daramsala, donde reside el Dalai Lama y el gobierno tibetano en el exilio, a ser educados en susctradiciones y además a darles una buena preparación para tener una proxima generación tibetana culta y capaz de defender su causa en foros internacionales.

Hay ahora mismo unos 3.000 niños en esta aldea S.O.S que si bien es una lucha de David contra Goliath les ayuda a mantener la esperanza.

Aparte de reconocer el exterminio cultural al que están siendo sometidos por China también hay que decir que la situación que había en Tibet antes de la revolución cultural era la de una sociedad feudal donde la nobleza y el clero tenían todo el poder y el dinero y la mayor parte de la gente eran campesinos absolutamente analfabetos de aspecto muy sucio y desgreñado, especialmente los niños, con una vida durisima en una tierra yerma que antes, y ahora también se ve, acuden a los monasterios con fajos del poco dinero que puedan tener a repartirli por todas las imágenes, fotos o rendijas para que luego los monjes, en ocasiones lo barran haciendo montones, para enriquecer todavía mas las capillas e instalaciones.

Por lo tanto Tibet necesitaba un enorme cambio, pero que por supuesto no era el que han tenido.


Volviendo a la ruta paramos tambien en Gygatse donde visitamos el monasterio de y la pagoda de las mil imágenes, una pagoda preciosa de 5 pisos con decenas de capillas segun la vas rodeando y ascendiendo en penumbra con imágenes y pinturas alucinantes.

Estas imágenes están rellenas con oraciones y objetos sagrados para que tengan mas fuerza y energía. Según esto toda la pagoda emanaría una potente fuerza para alcanzar mas fácilmente estados elevados de conciencia.

La ciudad vieja de Gygayse esta dominada por una fortaleza impresionante, destruida esta por los ingleses, y paseando por la parte antigua, lo poco que queda genuinamente tibetano y no chino, tuvimos una experiencia muy triste.

Una señora nos hacia gestos para que entraramos en su casa a tomar un te. Aceptamos por curiosidad y una vez dentro de la humildísima casa nos preparó un té con mantequilla de yak casera, luego preparó la tsampa a la manera tradicional, amasandola con las manos que nos sirvio un ninyo de unos 5 anyos. Todo esto sin ninguna higiene la verdad pero nuestra flora intestinal es ya un fortín que pegaría una paliza a los Lcasei de Danone sin despeinarse.

Cuando estabamos tomando el tren nos trajo a otro ninyo, en este caso un bebe recién nacido. Por gestos nos indico que su madre, suponemos su hija, había muerto y ella solo podia hacerse cargo del nieto mayor asi que nos pedia que nos quedaramos con el bebe, que nos lo lleváramos en avión, y hacia con los brazos el gesto de volar. Muy triste.

Luego pensandolo de nuevo a lo mejor quería decir que como ya tenían un hijo si les pillaban con el segundo a su hija se le caía el pelo. De hecho antes a gente le quitaban el bebe y la esterilizaban. Pero no creo porque tengo entendido que están cambiando la política de hijo único.

Tambien nos comentaban que era raro que nos lo dijeran a nosotros y no se pusieran en contacto con la organización que saca a niños hacia la India, que por lo visto es conocida por todos. El caso es que no sabemos porqué pero la realidad es que la señora nos lo ofrecía a nosotros, bueno realmente a mi mas que a Lucia.

Salimos de Gygatse y atravesando mas pasos de montaña, impresonantes glaciares como el Kharola y uno de los lagos sagrados del budismo, de un intenso color turquesa, llegamos finalmente a la antigua ciudad prohibida, a Lasha.