Alli se les alimenta y se les socializa para que no supongan un peligro para los monjes y los visitantes.
O eso dicen ...
Tambien podria ser que se tratara de un punto caliente en el trafico de animales salvajes, negocio muy lucrativo en Asia.
En cualquier caso la combinacion de tigres y monasterio budista resultaba irresistible como para no acercarse a tirar unas cuantas fotos ...
Y acariciar a algunos de ellos ...
Hola, Salva: ¡Que atrevido! a buena hora acaricio yo al tigre. Estos días no podré leer tus escritos solamente, cuando vayamos a Talavera, que como viene José Luis padre iremos algún día.
ResponderEliminarHasta pronto, un beso muy fuerte para los dos.