martes, 20 de marzo de 2012

Kawagoe

A pesar de que el dia amaneció con lluvia y frío me animé a irme a Kawagoe. Ya me va quedando menos en Japón y quiero aprovechar  para ver cosas.


Kawagoe está a una hora y media de Yokohama y es una ciudad con muchos monumentos de la época Edo.  Y dado que lla mayoría de los restos de esa época se perdieron en el gran terremoto de 1923 y en la segunda guerra mundial hace que tengan más valor.



La primera visita que hice fue el templo Kitain, fundado en el 830.


Estaban haciendo una ceremonia budista y se veía mucha gente con bebés, para que los bendijeran supongo. Por los alrededores había jardines y  un paseo muy curioso con estatuas de los 500 discipulos de buda. Cada uno con un gesto o una postura distinta,

También un pasillo con cientos de tablillas de madera en las que la gente escribe peticiones.


De allí me fui a los resto del castillo de Kawagoe. La verdad es que al decir castillo piensas en torres, almenas y piedra. Pero aquí los castillos son de madera, con suelos de tatami y paredes de papel.


Y por supuesto con sus cuidados jardines alrededor para descansar y meditar las estrategias de la guerra.



Pero lo más famoso de Kawagoe es su torre del reloj que data del siglo XVii y que suena tres veces al día, a los 12, las 3 y las 6.


Al lado se encuentra la calle más famosa por conservar arquitectura del periodo Edo. Se trataba de una zona de almacenes que se construían en ladrillo y no de madera para evitar el fuego y que se han conservado muy bien.


Ahora son tiendas de comida, de delicatessen o de artesanía. Y si bien como estaba lloviendo no había casi gente seguro que en verano está la calle como Preciados en Navidad.

Otra cosa típica de Kawagoe es la calle de los caramelos. Un pequeño callejón con tiendas de dulces y algún que otro puesto callejero.


En el puesto callejero vendían patatas dulces, que es una de las especialidades de aquí con la que preparan muchas cosas. Yo probé pasteles de patata y muy buenos la verdad.


A pesar de la la lluvia la verdad es que la excursión merceió la pena. Kawagoe es muy bonito, y además paseando por un templo me ofrecierón participar en una cermonia del te que hacía un "samurai" y luego servían vestidas con traje de época siguiendo todo el ritual.


Después de la ceremonia me preguntaron, ¿cómo te has enterado de esto si solo lo hacen dos días al año?. Pues suerte la verdad le dije. Paseando por allí me pareció que aquello era como un teatro y me acerqué. Como no había ningún extranjero más pues me invitaron a subir.




Muy curiosa la experiencia.

Como anecdota estaba paseando por una zona en donde un cartel decía Zona Protegiada de Fauna y Flora y la verdad es que los únicos animales que había eran estos dos pobres refugiándose de la lluvia.


Así si tenéis días de sobra os recomiendo Kawagoe para una visita de un día desde Tokio.


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