lunes, 2 de abril de 2012

La Taberna de Salinas

Como decía la canción de la serie "Cheers", a todos nos gusta ir a un lugar donde conozcan nuestro nombre.Pues bien, eso en Japón es difícil, pero no imposible. En mi caso lo he conseguido en "La Taberna de Salinas".

Como trabajador japonés que soy ya, después de una larga jornada en la oficina me quedan dos opciones cuando salgo. La primera es irme al Seven Eleven o equivalente y coger comida preparada para llevarme a mi triste apartmento de 25m2. La otra es irme a cenar fuera a compartir mis penas con otros en mi misma situación.

Yo suelo alternar las dos cosas, y de vez en cuando investigo nuevos sitios para cenar. El que no se arriesga no gana.
En Japón a las tabernas se les llama Izakaya, las hay grandes con mesas en pequeños reservados para reunirse con los amigos, o las hay muy pequeñas, normalmente en callejones o debajo de las vias cerca de las estaciones, más pensadas para una persona sola o máximo dos.

La "Taberna de Salinas" está en un callejón cerca de la estación de Yokohama. En la foto podéis ver el callejón. Si bien en estos sitios no hay nada escrito en inglés ni los camareros suelen hablarlo.



El caso es que me animé a entrar en una de las Izakayas del callejón. Entré, saludé, me senté y pude pedir con mi japonés básico. Pero la señora de la barra se debió pensar que hablaba bien el japonés porque no paraba de hablarme y de contarme cosas, a lo que yo respondía que se equivocaba, que mi japonés no daba para más.

En estos sitios la gente suele relacionarse mucho y hablar unos con otros. Rápidamente se percataron de mi y me convertí en la novedad del día. Les dije que era español, que les encanta, y rápidamente empezaron a decirme lo que saben de España, Real Madrid, Barcelona, Ronaldo, Messi, y poco más.



La gente era encantadora y quería hablar conmigo, pero la barrera del idioma no daba para más. Una pena porque el ambiente incitaba a una larga amistad, pero faltaba una chispa para que ese momento fuera completo. Y ésta llegó cuando les dije dos palabras, "Julio Salinas". Inmediatamente comprendieron y estallaron de júbilo y brindamos como sólo aquel que ha tenido a Julio Salinas en su equipo puede entender. Desde ese momento, amigos para siempre. (Julio Salinas jugó en el Yokohama Marinos).



Desde entonces he vuelto 4 o 5 veces, y me he llevado a Agustín, mi vecino, a sus amigos del fútbol, y a un compañero de trabajo. A todos les encanta.

A veces me invitan a probar cosas nuevas que yo no se cómo pedir, como wasabi al natural, que es un rábano, pero que pica igual que la pasta, o el Sake caliente, que es como lo toman ellos muchas veces cuando hace frío.

Gracias a que algún día había gente que hablaba inglés, como los chicos de la foto, ya se que son un matrimonio que lleva 30 años ocn la taberna, y que el hombre tiene un amigo que vive en España y que le manda comida. Lo que más le gusta, los torreznos. "Comida de gitanos", me decía.

Y esta es mi taberna de Japón. Seguro la echaré de menos cuando vuelva.




2 comentarios:

  1. Si es que la cultura y conocimiento general que da el fútbol es maravilloso. Y pensar que hay muchas personas, sobre todo mujeres, que no lo entienden...

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  2. Un ambiente, el de la taberna, muy entrañable. Seguro que lo echas de menos. Un abrazo

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