jueves, 14 de enero de 2010

Pakse. Wat Phu Champasak

Pakse, en el sur de Laos, es un importante nudo de comunicaciones sin, en principio, nada que ofrecer como ciudad. A lo mejor por esto, porque no nos esperábamos nada, la encontramos extremadamente tranquila y agradable, la gente encantadora, y finalmente nos quedamos 3 días.

Nos alojamos en una pensión bastante básica, pero que mas que una pensión mas bien parecía un zoo. Tenían una especie de cacatúas que hablaban Lao, periquitos, ardillas voladoras y de las de toda la vida, peces, perros y gatos. Lucia por supuesto estaba feliz.

A unos 80 km al sur de Pakse se encuentra un pueblo todavia mas pequenyo, Champasak.

Allí nos dirigimos a ver el Wat Pho Champasak, un templo Khmer varios siglos anterior a Angkor Wat, pero que ya muestra alguno de los elementos arquitectónicos que luego se sublimarían allí.


De los khemeres hablaremos mucho cuando lleguemos a Camboya. Fue el mayor imperio del sudeste asiático que se extendió por lo que hoy es Camboya y partes de Tailandia y Laos, conocido por haber construido Angkor Wat, el templo mas grande del mundo.

En un momento del camino a Champasak vimos que se acercaba una furgoneta hacia donde nosotros estábamos parados. De repente veo que Lucia me empieza a hacer gestos y a decirme "El copiloto, el copiloto, no te pierdas al copiloto...".

Muerto de curiosidad me acerque a comprobar que sucedía, y efectivamente, el copiloto merecía la pena. Era un monje budista, algo mayor, con su túnica azafrán reglamentaria, pero con gafas de sol ultimo modelo y sacando medio brazo del coche con un pitillito encendido.

Me acerque a el, le salude con respeto en Lao y le pedí una foto. El acepto encantado, poso y luego le enseñe la foto y nos reímos. Cuando me iba a marchar vi que echaba mano a su bolso, así que espere. De allí saco unas pulseras, de hilo de colores que utilizan los monjes para bendecir. Entonces me hizo un gesto, acerque el brazo y me las ato en la muñeca con cuidado. Después empezó a bendecirme (eso espero) brazo arriba, brazo abajo durante 20 0 30 segundos. La gente ya se acercaba a ver que pasaba. Cuando termino le di las gracias y me marche con mis pulseras bendecidas que todavía llevo.

Un rato después llegamos a Wat Pho Champasak. El complejo estaba construido debajo de una montaña que los khmeres consideraban sagrada puesto que el pico hacia una forma que se asemejaba a un Linga (falo representación del dios hindú Shiva) y de la que además bajaba un manantial.


A la entrada del complejo había 3 barays. Los barays eran lagos artificiales que eran habituales en todas las ciudades y construcciones khmer, pues eran unos grandes ingenieros hidráulicos. Estos lagos eran reservas de agua. Su gran capacidad para gestionar el agua fue el hecho en el cual fundamentaron los Khmer su expansión pero por otro lado finalmente causo su declive cuando llego a tal nivel de complejidad que no eran capaz de mantenerlos.

A la orilla de este lago estaban los restos de un antiguo poblado khmer.

Después se avanzaba por un camino flanqueado por una hilera de pilotes de piedra hasta la llegada al complejo religioso, distribuido en 6 terrazas.

En las primeras se encontraban los restos de dos edificios, no se sabe si palacios o monasterios y continuando por las empinadísimas escaleras flanqueadas por jacarandas se llegaba a las ruinas del templo principal.

En el bosque de alrededor se pueden encontrar restos de otras construcciones derrumbadas y piedras talladas con imágenes o con escaleras que ya conducen a nada esparcidos por el suelo.

Wat Phu Champasak es patrimonio de la humanidad desde 2001, algo quizás excesivo en mi opinión, y desde entonces están metiendo dinero para restaurarlo pues esta en un estado bastante precario.

Laos tiene solo dos lugares patrimonio de la humanidad, la ciudad de Luang Prabang y este antiguo centro Khmer.
El templo era originalmente hinduista, si bien posteriormente fue convertido en budista. Todavía hoy sigue siendo un templo importante cuya fiesta grande sucede en Febrero y a la que llegan peregrinos de todo el país.

Después de esto regresamos a Pakse y al poco se puso a diluviar como diluvia por estas tierras que caen jarras de agua. Así que nos dimos un masaje tradicional Lao y nos retiramos a nuestra pensión-zoo.

3 comentarios:

  1. ¡Hemos vuelto! Nuestra querida telefónica (a la que después de llamarla tres veces aún no he conseguido que corrijan mi dni) nos dejó sin internet y sin teléfono, pero ya por fin nos hemos puesto al día.

    Las historias de Laos son espectaculares. Parece mentira que todavía queden sitios así. Lo del mercado de Indiana Jones está muy bien, que pena no encontrar las piedras de shankara... Lo de que te inviten a las casas y lo del huevo para enterrar a los muertos, lo de que estén todos con borrachera bondadosa y medio cuerdos es una preciosidad y muy poético, para mí más incluso que las fotos que ponéis, que son espectaculares.

    Me parece que en estos, todavía no dos meses, la experiencia ya os está dejando huella. Se nota en la forma de escribir y en como contáis que os comportáis.

    ¡A seguir disfrutando!

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  2. Mmmm ¡¡esto se parece cada vez más a Indiana Jones y el Templo Maldito...!!

    ¿Habéis encontrado las piedras de Sangri-la?

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  3. Por cierto: el nombre del sitio... sin comentarios!

    P.D.: Eso de que es el mayor templo del mundo es blasfemia!! Es San Pedro del Vaticano!!!

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